viernes, 3 de junio de 2016

La modalidad virtual ¿cómo implementarla en la formación de ingenieros? por @minervabueno

Las carreras de ciencias duras, especialmente las de ingeniería, culturalmente, generan rechazo entre los estudiantes, dado el mito colectivo de las tres marías o por aquellos miedos que muchos padres transmiten inconscientemente a sus hijos cuando les indican que, al igual que ellos, son “malos” o “brutos” para todo lo que tenga que ver con números. Clásicamente, excepto a los que les gustan este tipo de carreras, evaden cursar las mismas porque son consideradas para “cerebritos”.  Estas aversiones provocan stress, frustración, disminución del autoestima y fracaso estudiantil.
Este panorama implica la implementación un entorno educativo que permita la inclusión de nuevas pedagogías para estimular patrones de pensamiento y aprendizaje. El aula monótona, discursiva, donde solo se escucha la voz del docente por ser considerado el único poseedor del conocimiento, siendo el error un hecho para penalizar en vez de ser una oportunidad para reflexionar y aprender, tiene que transformarse en un ambiente diferenciado que den cabida a la disposición cognitiva y afectiva necesarias en la gestión del aprendizaje. Y como los estudiantes de hoy en día son afines a la tecnología, se debe aprovechar esta situación, para estimular patrones de pensamiento y aprendizaje, que permitan romper con el déjà vu que implica estudiar ingeniería.
En tal sentido, se plantea el uso de la modalidad virtual debido a las formas dinámicas, vivenciales y significativas que proporcionan las aplicaciones informáticas, hasta el punto que logran superar las limitaciones o mejorar las condiciones dadas en los salones de clases físicos, por ejemplo, mediante el empleo de los simuladores virtuales, la oportunidad de discutir ampliamente un tema mediante los foros de discusión, o el empleo de juegos electrónicos educativos, entre distintas prácticas digitales altamente motivantes, que coadyuvan a la captación de información, retención, internalización y procesos de pensamiento complejo.
La versatilidad y funcionalidad de las herramientas TIC habilitan un extenso campo para desarrollar la enseñanza-aprendizaje, no solo en la ingeniería, sino en cualquier disciplina de estudio. Los foros de discusión, ampliamente usados, nos permiten debatir, consultar y explorar conceptos y desarrollos de ejercicios, lo que facilita el aprendizaje a través de la socialización .También podemos emplear las encuestas, que es otra oportunidad formativa para reafirmar los conocimientos. Y, entre otros tantos, la opción de cargar informes digitalizados o los portafolios electrónicos, como las wikis, constituyen otra manera para practicar la autoformación. Los vídeos de you tube son una manera de recibir y emitir información, que tienen la bondad de poderse ver cuantas veces se requiera, en el momento que disponga el participante, con una audiencia ilimitada, que parte del principio de aprender explicando. Todos estos recursos hacen que el proceso educativo sea dinámico, participativo, interactivo, socializador y centrado en el estudiante. 
Para lograr la cognición en un ambiente tecnologizado se requiere redimensionar las acciones docentes, donde su tarea principal no es enseñar, sino mediar entre los contenidos, los recursos informáticos y el educando, sistematizando el proceso instruccional en el principio de aprender haciendo a través del constructivismo, colaboracionismo y socialización, encuadrando el aprendizaje para que sea de índole investigativo y exploratorio, además de autorregulado por el estudiante. En el escenario creado debe confluir un clima afectivo de comprensión, solidaridad y apoyo ante problemáticas socioemocionales que afecten los estudios. Es decir, el docente se transforma en el facilitador de un proceso centrado en el estudiante, diseñando junto con los discentes las actividades individuales y en equipo que repercutirán en el desarrollo y logro de un aprendizaje significativo, dirigido a ser útil en el contexto cotidiano.
En tal sentido, el docente debe ser muy creativo para poder utilizar de forma adecuada los distintos recursos tecnológicos que dispone, de forma racional y con objetivos didácticos bien definidos, porque sino estaríamos desperdiciando sus potencialidades formativas. A per sé, no hay tecnologías buenas o malas, estas simplemente son elementos, que pueden tener carácter formativo, siempre y cuando proyectemos su uso para lograr la funcionalidad que buscamos. Usar las tecnologías de forma improvisada, o por modismo, induce a un rechazo del método formativo por parte de los participantes, dado que los conduce a un gasto de energía y de tiempo innecesario.
Igualmente, la empatía del docente es fundamental en este proceso, verificar lo que le sienta bien al estudiante es un camino ganado para que pueda identificar lo que más le presta en su autoformación, además de reconocer las debilidades y fortalezas, de ambos actores, en dicho periplo. 
Dentro de esta perspectiva, el proceso didáctico se apoya en el estilo y ritmo cognitivo de los educandos, propulsados por las comunidades de aprendizaje, los cuales mediante procesos dialógicos fortalecen la socio-construcción de conocimientos. Por lo tanto, el estudiante deja de ser un receptor pasivo de información para convertirse en un participante activo y crítico de las situaciones en las que aprende, donde la práctica continua de dialogo y la cooperación conllevan a la autoformación y la producción colectiva de saberes. Lo importante es que el estudiante desarrolle la habilidad de aprender de forma independiente, ya que en la cotidianidad el cambio es permanente, por lo tanto los conocimientos quedan obsoletos enseguida y, en consecuencia, es necesario que el individuo sea capaz de tener mecanismos propios para actualizarse permanentemente.
La propuesta de evaluación se ejecuta como un proceso implícito en la construcción de conocimientos sustentado en la motivación de aprender, en la acción y la reflexión. Bajo este enfoque, se configura como una serie de oportunidades para que el estudiante medite, cuestione, reelabore el conocimiento y lo represente de múltiples formas, en virtud de que los actores del proceso edifiquen y convaliden los aprendizajes, lo cual permitirá perfilar las competencias personales y profesionales de los educandos. Entonces, la evaluación pasa a ser una experiencia compartida entre los estudiantes y los docentes pero como vía para reflexionar sobre los caminos transitados en la aventura de saber, inferir conclusiones, analizar y perfeccionar la metodología empleada para la autogestión del aprendizaje.
Referencias Bibliográficas:
Bueno, M (2010). E-learning, un reto docente. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=y4viOszTtY0 [Consulta: 2013, Noviembre 20]
Cabero, J (2012). Las Redes Sociales en el entramado educativo de la web 2.0. Web 2.0, innovación e investigación educativa. Ediciones Universidad Metropolitana, Caracas -Venezuela. pg. 11.
Gil, D y otros (2001) . Formación del Profesorado de las Ciencias y la Matemática. Editorial Popular, Madrid-España. pp. 25 a la 39.
González, R (2013). 5 pecados de la educación tradicional y sus penitencias. Disponible en: http://conektio.com/2013/07/07/5-pecados-de-la-educacion-tradicional-y-sus-penitencias/ [Consulta: 2013, Noviembre 20]